Siento que el Sporting haya descendido a Segunda División, así como siento que el Oviedo no pueda entrar en la liguilla de ascenso (por propios méritos, he de decir).
También han descendido el Racing (esto lo siento por el padre de Maite) y el Villarreal.
Lo del Villarreal es sintomático: pagado por Porcelanosa y otras empresas de los cientos de la zona dedicadas a la porcelana, el gres y la cerámica de construcción, el club castellonense había conseguido un gran éxito al subir a Primera e incluso llegar a competir en Europa. Hoy toda esa zona se encuentra estancada por el parón del ladrillo y sus principales patrocinadores en graves dificultades económicas. Y el Villarreal vuelve a Segunda. Doce años 2000-2012 le ha durado la alegría deportiva al "Submarino Amarillo". Hoy también ellos vuelven a la realidad.
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