Algunos me preguntan por qué mi vara de caminante se llama "Mataperros". La cosa tiene su historia.
Antes de nada decir que fue la vara quien me eligió: allí estaba en un mercadillo de artesanías en la Ascensión de 2010 cuando entre todas las varas vi esta, de madera de acebo. No llevaba dinero encima y me tuve que dar prisa para sacar dinero en el cajero y volver por ella.
El nombre me lo inspiraron en Grandas de Salime; mientras tomaba un café, dos paisanos se pusieron a valorar la vara, como una buena ayuda para caminar, y yo comenté: "Bueno, la llevo por si me sale un perro, o así". Y uno de aquellos hombres me dijo: "Si le das con esto a un perro lo matas". Y así se quedó con el nombre de "Mataperros".
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