Nunca había entrado en una iglesia ortodoxa. Es una experencia interesante. Además la presencia en el grupo de una niña rumana que habla muy bien español me permitió hacer un montón de preguntas que contestó de buen grado.
También he aprovechado a comprarme un icono y he visto a un pope de la mano de sus dos churumbeles mellizos y su esposa. Todos muy elegantes y guapos.
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