El dato del paro es sobrecogedor.
Algo muy gordo está pasando aquí. Algo que se venía larvando desde hace años y que está estallando ante nuestras narices.
La economía española me recuerda a esos coches pretenciosos de los macarras de barrio, tras lanzarlo a toda velocidad, se tira del freno de mano para dar un trompo. Lo malo es que a menudo no se calcula y el coche "tuneado" acaba dando dos vueltas de campana. Entonces es cuando se ve que las ruedas, por muy anchas que sean, y las llantas de aleación no sirven para nada cuando están en el aire.
No tengo ni idea de economía, pero estoy aprendiendo mucho con el blog de mi antiguo compañero de clase de COU, Carlos Arias, profesor de economía en la Universidad de León.
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