Y claro, todos tan contentos: tiene un montón de petróleo que le podemos cambiar por productos nacionales, entre ellos 2.000 millones de euros en armas.
Por cierto, a escasos 500 metros de mi casa se fabrican misiles, fusiles de asalto y otras lindezas de ese estilo, y nunca he hecho nada para impedirlo, pero creo que algo tengo que hacer. No sé, cualquier día de estos me véis en las noticias.
Nuestro país está metido hasta el cuello en esto de la fabricación de armas. Fabricamos infinidad de minas antipersona. Luego damos dinero a alguna ONG para que las desactiven. ¡Estamos locos!
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