18 de noviembre de 2007


A Juan Antonio Martínez Camino, que ya era carca y usaba clériman hace más de 20 años, cuando le conocí, le han pagado los servicios prestados como portavoz de la Conferencia Episcopal Española y la defensa a ultranza de las tesis de Federico "y Fede" Losantos con la designación como obispo auxiliar de Madrid. Estará bien contento.

Lo que no acierto a saber es cómo se sentirán sus superiores en la Compañía: si molestos, pues las Constituciones de la Compañía de Jesús indican que sólo se deben aceptar cargos para miembros de la orden en países de misión, o encantados por "librarse" de la obediencia de un carca tan conocido. A pesar de todo, él no deja de decir que es jesuita.

Lo sé, Quique Figaredo también es obispo, pero en Battambang (Camboya). Y cuando le conocí estaba pasando su época de maestrillo en un campo de refugiados camboyanos. Desde aquí le envío todo mi cariño y admiración.

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