La Asociación de Víctimas del Terrorismo, presidida (¿manipulada, quizás?) por Francisco Alcaraz no encuentra suficente el lema "Por la Paz, contra el Terrorismo".
Hace tiempo que esta asociación me preocupa, su deriva hacia posiciones tan radicales, me hace temer que algunos miembros o simpatizantes prefieran que los terroristas les sigan aportando miembros a su asociación, a que por fin se acabe el terrorismo en España.
Que conste que entiendo que ahora no es momento para el diálogo, pero también pienso que en algún momento de la historia de este país habrá que pactar con ellos su rendición (nunca la nuestra) dentro de los límites constitucionales y legales. En ese momento "el estado de derecho sabrá ser generoso con quienes abandonen la violecia" (J.M. Aznar) y será el momento de que defiendan ante el electorado y las instituciones democráticas sus ideas (si es que realmente las tienen).
Tenemos unos políticos que son una mierda y que no son capaces de reflejar la unidad de los demócratas contra el terrorismo, que es el verdadero enemigo de la sociedad.
También pienso que las víctimas han pagado un alto precio (algunas el más alto que se puede pagar) en aras de la libertad y la paz, y tienen toda la legitimación para pedir justicia, pero no venganza. El resentimento que se está fomentando desde los sectores más radicales está siendo utilizado para ahondar en las heridas y eso no es bueno.
Unámonos todos contra ETA, cerremos los micrófonos a Batasuna (organización ilegal declarada terrorista por la UE), pero demostremos a los políticos que el pueblo está más unido que ellos, por eso agradezco la iniciativa y apoyo la manifestación convocada por las centrales sindicales (yo, que no tengo mucho aprecio por los liberados sindicales). En esta ocasión han sabido estar a la altura de las circunstancias y han tomado una iniciativa que los partidos no eran capaces de liderar.
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